CUENTO INFANTIL · A partir 8 años

Pisco y la penúltima aventura del capitán Caimán

Anaya, Colección El Duende Verde, 2010. Ilustraciones de Javier Vázquez

Encerrado en la cárcel, el Capitán Caimán aguarda la muerte, pues sigue siendo el único sospechoso del asesinato del Vizconde de San Esteban. Toda su esperanza descansa en Marisa del Cerro, el Lugarteniente Nadie y la Pirata Malasangre: ¡sabe que ellos no pararán hasta desenmascarar al asesino de los guantes blancos y encontrar al verdadero culpable!

Carta al lector

Queridos lectores:

Hoy estoy muy contento y un poco triste. Muy contento, porque os presento un nuevo libro de Pisco; y un poco triste, porque… ¡víboras y escorpiones, es el último de la serie! O, como diría Pisco, el penúltimo. El primero, Pisco pasea por la ciudad, lo escribí hace ya… ¡catorce años! Es casi para marearse, ¿no? Me ha dado tiempo a publicar varias novelas para mayores, a mudarme de casa, a contraer matrimonio, a tener hijos … Entonces, cuando escribía Pisco pasea por la ciudad, aunque sabía que en el último se descubriría quién había asesinado al Vizconde de San Esteban, ignoraba que iba a haber hasta ocho piscos y que iba a encariñarme tanto con sus personajes, buenos o malos: Pisco-Lugarteniente Nadie, Anita-Pirata Malasangre, Margarita, Marisa del Cerro, el Capitán Caimán, el Almirante Mar de Fondo, el Sargento Barlovento, el Capitán Diente Negro, el Contramaestre Diente de Oro, el Teniente Malaespina, y muchos otros que fueron surgiendo. Y es que no sólo se puede querer a personas de carne y hueso, sino también a personajes de papel y tinta… ¡tal es el poder de la literatura y de los libros! Este pisco que tienes en tus manos es, pues, el octavo y último. Si vosotros disfrutáis tanto leyéndolo como yo escribiéndolo… ¡lo pasaréis de maravilla! Bueno, terminemos ya, que las despedidas no hay que alargarlas demasiado: os dejo con Pisco, Anita, Margarita, el Capitán Caimán y los demás personajes de La penúltima aventura del Capitán Caimán… ¡Hasta siempre, amigos!

Primera página

Cap. I Siempre hay que decir la penúltima

Pisco y Anita miraban fijamente una planta, en una de cuyas hojas había una mosca muerta.

–Creo que nos timó –dijo Pisco-. No es carnívora.

–¡Ezto noz paza por no hacer cazo a mamá, y hablar con dezconocidoz!

–-Pero si no hablas con deszconocidos… ¿cómo vas a conocer a alguien? –se preguntó Pisco.

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